viernes, 21 de diciembre de 2007

CAMBIO DE HORARIO – UNA BUENA NOTICIA

El horario de verano es la convención por la que se adelantan los relojes para que las tardes tengan más luz diurna y las mañanas menos. Normalmente los relojes se adelantan una hora a principios de la primavera y se atrasan en otoño. Muchas culturas antiguas, en cambio, alargaban las horas diurnas en verano. El horario de verano moderno lo propuso por primera vez en 1907 William Willett y se empleó ampliamente por primera vez en 1916 durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón. A pesar de las controversias, muchos países lo han empleado desde entonces. Los detalles difieren dependiendo del país y cambian de vez en cuando.
Añadir tiempo de luz diurna a las tardes beneficia el comercio, la práctica deportiva y otras actividades que se benefician de la presencia de luz tras la jornada laboral pero puede ocasionar problemas a la agricultura y a otras ocupaciones que dependan del tiempo solar. El incremento de luz vespertino al parecer disminuye los accidentes de tráfico, pero sus efectos sobre la salud y el crimen están menos claros. Se dice que mediante el horario de verano se ahorra energía eléctrica al reducirse la necesidad de iluminación artificial, pero las evidencias que lo apoyan son débiles, pues el horario de verano puede estimular la aparición de picos de demanda, lo que incrementa los costes.
Los cambios de horario dificultan la percepción del tiempo y pueden causar problemas en reuniones, viajes, facturación, el mantenimiento de registros, dispositivos médicos y maquinaria pesada. Muchos sistemas dirigidos por computadoras pueden ajustar sus relojes automáticamente, pero se pueden producir errores, especialmente cuando las reglas del horario de verano cambian.

No hay comentarios: